La Guerra civil fue uno de los conflictos más trascendentes en todos
los ámbitos de la historia española, todavía en la actualidad continúan
observándose sus consecuencias. Todo comenzó con el golpe de estado del 17 y 18
de julio 1936 que desembocó en el inicio de la guerra. Fue una guerra
religiosa, política, y social, un conflicto universal entre fascismo y
comunismo que se disputó por primera vez en España. La II Guerra Mundial estaba
a la vuelta de la esquina y toda Europa era consciente de lo que se aventuraba.
Por ello, todas las grandes potencias trataron de desarrollar en suelo español
los elementos que deseaban perfeccionar para el conflicto de mayor envergadura.
Los aspectos comunicacionales (pintura, radio, cine…) no estaban exentos de
este deseo de perfeccionamiento, y se desarrollaron con fuerza en solo tres
años.
En los primeros momentos, tanto
desde el punto de vista militar, como humano y territorial, las fuerzas
quedaron igualadas, pero con el tiempo la ayuda continua, que prestaron las
potencias fascistas a Franco, así como la falta de coordinación y de ayuda
internacional de las democracias en la zona republicana, favorecieron la
victoria de los sublevados. Poco a poco el ejército franquista se fue
imponiendo hasta que consiguió entrar en Madrid y conquistarlo, haciéndose casi
definitiva la victoria fascista. Así el violento episodio terminó con el inicio
de la dictadura franquista en 1939 que finalizó con la muerte del caudillo en
1975. Ante este resultado, el gobierno de Hitler dispuso finalmente la invasión
de Polonia, lo que hizo que la Guerra Civil fuera un preámbulo para el mayor
conflicto bélico de la historia, la II Guerra Mundial.
Se cometieron abusos y crímenes,
y al igual que en otras guerras, su historia la escribieron los vencedores.
Para poder descubrir la auténtica verdad deberemos acudir a diversas fuentes,
una de las cuales es el arte. En tiempo de conflicto los artistas no pueden
eludir lo que sucede a su alrededor y seguir simplemente modelos técnicos. Reflejarán
de manera más o menos realista el mundo exterior inmersos en los distintos
bandos políticos, que darán lugar a un arte propagandístico cuyo mejor y más
difundido representante será el cartel.
El cartel ha de servir para fijar
en la conciencia del pueblo las consignas, los deberes y las obligaciones tanto
para el frente como en animarles a seguir luchando en la vida diaria. Servía para señalar constantemente los
peligros a que están expuestos los que luchan y los que están en retaguardia, y
también instruirles. Es un continuado patriotismo,
esto entusiasma a las masas y fija en su mente mensajes que les impulsa a obrar
y obedecer a ser un pueblo y ejercito de las masas. Existían los carteles
enfocados a mitigar la nostalgia a los que se ven obligados a vivir en el
extranjero. Será un tipo de arte industrial que rechazará la creación única puesto
que aleja al artista del contexto social, hace que se encierre en sí mismo. El
cartel se convirtió en un símbolo de identificación de cada partido. Muchos
carteles se inspiraron en momentos históricos anteriores como en la revolución soviética
o la primera Guerra Mundial. Han de
entenderse como una obra colectiva y no individual, solo en conjunto visualizan
datos de la época.
En este arte destacaron autores como José Renau, Arturo y Vicente Ballester
Marco. Renau fue uno de los primeros cartelistas y de los mejores
fotomontadores del siglo XX europeo, un ejemplo de sus carteles es El comisario. Imbuido por el espíritu de
la vanguardia sus carteles aportaban novedades respecto a los anteriores, huía
de encasillarse en un estilo, buscando siempre la claridad del mensaje y el
tono pedagógico. Realizó obras a mano como dibujos que incluso mezclo con los
fotomontajes (Industria de guerra).
Los hermanos Ballester fueron dos
cartelistas ligados al sindicato del bando anarquista CNT. Arturo Ballester recurría con frecuencia a la mitología clásica en
el sentido de colocar a los soldados republicanos y obreros como héroes frente
a la tiranía fascista, ejemplos son Bravos
Marinos, y ¡Loor a los héroes! Vicente Ballester en cambio no fue fiel a los mismos criterios clásicos y su mensaje no fue tan
claro pero presentó un número de aciertos que lo convirtieron en el tercer mejor cartelista de su tiempo.
José Renau, "El comisario".
Arturo Ballester, "Bravos Marinos".
El bando republicano estaba organizado en el Frente Popular, estos llevaron a cabo una importante misión cultural en la que promovieron exposiciones de arte y cursos para formar y erradicar el analfabetismo en la sociedad, puesto que defendían el arte popular, el arte de, por, y para el pueblo. El gobierno republicano disponía, al comienzo de la contienda, de más medios materiales para desarrollar su propaganda. Estaba en su mano la posibilidad de sofocar el Alzamiento en el norte de África, a través de las ondas y de las imágenes en movimiento. Cuando la guerra se expandió y los franquistas ganaron fuerzas, no había medios para ello, los alumnos de bellas artes trabajaron de forma voluntaria para elaborar carteles y expandirlos por los sitios más recónditos, dando a conocer como hemos mencionado la realidad de la guerra y apoyando a los que diariamente luchan en ella.
El bando republicano estaba organizado en el Frente Popular, estos llevaron a cabo una importante misión cultural en la que promovieron exposiciones de arte y cursos para formar y erradicar el analfabetismo en la sociedad, puesto que defendían el arte popular, el arte de, por, y para el pueblo. El gobierno republicano disponía, al comienzo de la contienda, de más medios materiales para desarrollar su propaganda. Estaba en su mano la posibilidad de sofocar el Alzamiento en el norte de África, a través de las ondas y de las imágenes en movimiento. Cuando la guerra se expandió y los franquistas ganaron fuerzas, no había medios para ello, los alumnos de bellas artes trabajaron de forma voluntaria para elaborar carteles y expandirlos por los sitios más recónditos, dando a conocer como hemos mencionado la realidad de la guerra y apoyando a los que diariamente luchan en ella.
Taller de propaganda de bellas artes.
En Cataluña se creó un Comisariado de Propaganda del gobierno autónomo, que realizó una
importante labor en el terreno cinematográfico y en el de la prensa. Cumplió
también un papel determinante la Alianza
de los Intelectuales Antifascistas
para la Defensa de la Cultura, que nace por inspiración comunista y se
encarga de agrupar a los intelectuales del Frente Popular.
El mundo del arte se vio afectado y
empezaron a surgir múltiples corrientes que se denominaron "ismos",
eran las diferentes rupturas con los modelos de belleza dominantes en la época.
Surgirán el cubismo, el arte abstracto, y el surrealismo, el arte
revolucionario buscará sus orígenes en ellos pero se rebelará contra estos y
sobre todo contra el realismo del siglo XIX-XX a pesar de que tomará este
nombre.
Tachan al realismo de estático y académico,
reproduce la realidad sin introducirse en ella, sin sentimientos, únicamente
con recursos técnicos. El nuevo realismo
no podrá referirse nunca a la evocación de las escuelas o tendencias
históricas. El artista entra en contacto con la realidad, teniendo como
consecuencia una posición activa ante el mundo, intenta influir en la realidad
misma. El hombre en su presencia humana y activa, al margen de toda mitología o
metafísica (rechazo marxista de la religión como opio del pueblo), es el protagonista
absoluto, indiscutible y consciente de la nueva historia y el que ha de
cambiarla. Este individualismo está limitado, puesto que para mejorar la
historia, ha de unirse a una comunidad
para evitar la indeseada utopía. Sienten solidaridad hacia sus semejantes
explotados y oprimidos, pues este arte no separa a los hombres sino que les
une. Al intentar influir en la realidad con su arte, consiguen introducir sus
ideas en la mente de las personas o manipularlas de tal modo que consigan su
apoyo por lo tanto el arte de este periodo (en ambos bandos) será propaganda,
que adquiere importancia debido a que va dirigida al ámbito social, a los seres
humanos.
Hay que tener en cuenta la amplia difusión de esta propaganda debido al avance
de las tecnologías como la fotografía,
que permitió retratar la barbarie de la guerra cada día. La fotografía
representaba la realidad visual de manera más exacta que la pintura, por lo que
liberó a esta de representar los objetos de forma realista y forzó a los
artistas a buscarle un sentido diferente a la mera copia del mundo exterior.
De este modo se crearon movimientos como el
cubismo en Paris de la mano de Pablo Picasso, cuya obra más
representativa de la guerra será el Guernica
(explicado en otras entradas) que representa el sufrimiento de la población
ante el bombardeo y la barbarie de los nacionalistas. Picasso invitado por el
presidente de la República Manuel Azaña, se convirtió en el director honorario
del Museo del Prado de Madrid. Su primera obra política fueron unas viñetas
humorísticas llamadas “Sueños y mentiras
de Franco” que abarcan un total de 18 escenas pensadas para ser
reproducidas en estampas o postales, denunciaban el golpe de estado franquista
y señalaban los crímenes de guerra describiendo a Franco como una figura
malvada y grotesca. Su importante obra el Guernica
no tuvo una buena acogida entre los republicanos, por lo que irá disminuyendo
su opinión pro-republicana. Incluso se corrió el rumor por parte de la prensa
de derecha, que había pasado al bando nacionalista. Esto unido con la
instauración de la dictadura franquista, provocaron que no volviera a pisar
España.
Picasso, "Sueños y mentiras de Franco"
Artistas importantes como Dalí, Miró y
Picasso pasaron la guerra fuera de España, lo que les permitió expresar mejor
sus ideas de una manera más libre pero también más fría y desapasionada. Dalí fue uno de los pocos intelectuales
que apoyó al régimen fascista. A pesar de declararse apolítico y después apoyar
al régimen, no pudo eludir la influencia de la guerra demostrándolo en la obra
“Construcción blanda con judías hervidas” formada por extremidades que se
intentan despedazar en cuya parte superior hay una cabeza sonriente inclinada
que muestra el horror de la guerra.
Dalí, "Construcción blanda con judías hervidas".
Miró, ya alejado
del movimiento cubista, se traslada a Barcelona y en 1935 pinta “Hombre y mujer delante de un montón de
excrementos” como una forma de premonición a la tragedia. Se trata de un
cuadro simbólico y figurativo, de colores vivos que representa un abrazo
imposible de dos cuerpos dislocados en medio de un desierto, el excremento que
la preside indica el sentimiento pesimista del artista frente a la guerra.
Miró, al ser republicano tuvo que trasladarse a París donde creará dibujos como
“Mujer desnuda subiendo la escalera” que expresa la ira de Miró ante el avance
y amenaza del franquismo en España. Los ojos de la mujer reflejan miedo. Vuelve
a reflejar al oleo el horror de la guerra con “Bodegón del zapato viejo” y
realizo el cartel de ¡Ayuda a España!, y “El Segador” o “El payes catalán en
rebeldía” en el que el payes con la hoz
en un puño en actitud revolucionaria, representa la colectividad de todo un
pueblo en lucha.
Miró, "El Segador".
Otros artistas menos importantes destacaron
en el dibujo, la sátira, el grabado la escultura, y sobretodo el cartelismo.
Eduardo Vicente fue uno de los
pintores que retrató el paisaje de Madrid, viendo como este cambiaba a base de
trincheras y frentes en los que el mismo participó. Con anterioridad a la
Guerra Civil colaboró como copista con
el Museo ambulante de Misiones Pedagógicas, que había sido creado para mostrar
por los pueblos y aldeas de la Península copias facsímiles de las obras más
representativas del arte español. El mismo se encargó de hacer las
reproducciones de las Pinturas Negras de Goya, ya que había vivido en el
ambiente intelectual de las vanguardias intelectuales de los años veinte y
treinta. Los
escenarios que poblaron sus cuadros fueron esencialmente la Puerta del Sol, el
Rastro, los descampados de las afueras de la ciudad, y los lugares próximos al
Manzanares En estos paisajes urbanos, en los que aparecen figuras anónimas de
la calle, plasmó sus grandes dotes para reproducir los ambientes de la ciudad,
con una gran sensibilidad, un toque que resulta nostálgico, y una cierta carga
expresionista. Con la aparición posterior a partir de 1960 del arte pop y
demás movimientos de vanguardia pasó a segundo plano.
Eduardo Vicente, "Milicianos en el Manzanares".
Ramón
Puyol: Fue un pintor de la vida social en la guerra civil, cuya
pintura se caracterizó por volúmenes toscos y poderosos. Como muchos artistas
españoles desde Juan Ruíz hasta Goya, tiene un gusto por los símbolos, las
alegorías, los emblemas y las moralidades. Trabajaba para el periódico Mundo Obrero, en el que retrató figuras
simbólicas como el Burgués, el Obrero, el Obispo, el Soldado, y el Campesino,
así como el Fascismo y el Frente Popular. Publicó una serie de dibujos de la
Guerra Civil, “Treinta y dos dibujos de
Puyol”
Ramón Puyol,"El Espía". Ramón Puyol, "En el frente".
Castelao: Fue un polifacético novelista, dibujante, caricaturista, pintor, teórico del arte y político, cuya obra siempre reflejó su compromiso con el galleguismo y con el mundo. Sus dibujos, complementados con agudos textos, muestran la Galicia rural, el caciquismo, los pobres, los ciegos, los desamparados, el pueblo que sufre, desde una visión realista, crítica pero humorística. En el álbum Nós recogió dibujos hechos entre 1916 y 1918. En los últimos álbumes habitan los horrores de la Guerra Civil.
Castelao," La última lección del maestro".
Castelao, "Así aprenderán a no tener ideas".
Arturo
Souto: Expuso su obra en la calle de la Paz. Es el pintor realista
de la Guerra Civil, por excelencia tuvo influencia de la pintura francesa de
finales del siglo XIX (el realismo impresionista) además de por el realismo
contemporáneo. Le impresionó mucho también la obra de los últimos años de Goya y Rembrandt. Por lo tanto es un pintor
de gran estirpe clásica española, pero de humor satírico y elocuente como
colorista, aparecen en su pintura tanto valores plásticos como espirituales ya
que intenta reflejar la emotividad humana. Un ejemplo es “El triunfo de los campesinos” donde se ven hoces relucientes,
campos de siega y sombreros de paja símbolos claros del proletariado campesino,
“La vieja España”, “Milicianos descansando en tonos ocres y
verdes”, “Milicianos” cuya línea
y color cobran ambiente emotivo acentuado por la luz que nos ilumina a un
soldado suicidándose con un caballo blanco muerto al lado de un cadáver con un
fusil, en “Victimas de la Guerra”
vemos un la puerta de un corral abierta que nos muestra en el suelo a una
campesina fallecida mientras que el yuntero tiene aun las manos requemadas del
fusil. En las litografías y dibujos coloreados logra Souto acentuar su
virtualidad plástica como por ejemplo “En el campo”, muchos de estos dibujos se
recopilaron en la edición “Dibujos de
guerra”.
Arturo Souto, "Dibujos de guerra".
Destaca por sus dibujos autores como Antonio Rodríguez Luna que reflejará un mundo sin salida, de tortura sin horizonte,
en definitiva una atmósfera de muerte cargada de pesimismo y realismo trágico.
No se advierte en él ninguna esperanza ni fe propia de la seguridad en el
triunfo de la guerra. Ejemplos de sus dibujos son “La bestia fascista”, también pintará a óleo en “Bombardeo de
Colmenar Viejo” y “grabados como Sus hijos fueron rojos”.
Vemos que hay diversidad de autores que no
se limitarán a una sola disciplina, reflejando siempre el horror de la guerra
como Ramón Gaya, Enrique Climent, Juan
Navarro Ramón, Antonio Barllester, Jesús Molina, Manuel Ángeles Ortiz etc. La proliferación de estos autores se debe a que el arte no se basaba en
poseer dinero para entrar en una academia y conseguir la fama, se basaba en el
arte por vocación, para reflejar la realidad de la guerra tanto para conseguir
apoyos españoles como internacionales, era un grito de atención que acabó
siendo sordo pero sin embargo nos dejo ejemplos de impecable técnica y belleza
que nos sirvieron para reconstruir las circunstancias y la visión de la
población sobre el conflicto.
Es
la preocupación social la que hizo posible este arte, puesto que el sufrimiento
por la cruel guerra que afectó a toda la
población especialmente a los niños que quedaron marcados y reflejaron también con
sus dibujos el horror de esta batalla.
Bibliografía:
MIGUEL A.GAMONI TORRES. El arte y
política en la guerra civil, el caso republicano, Ed. Diputación provincial de
Granada.
Muy bueno el blog me ha gustado mucho esta parte. Ojala continue
ResponderEliminar