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El Constructivismo Ruso

En 1917 la Revolución Bolchevique en Rusia terminó con el régimen zarista y trasladó su capital desde Petersburgo hasta Moscú en el año siguiente. Este cambio supuso el fin del llamado periodo petersburgués, que había durado más de dos siglos. La ciudad de Petersburgo había sido fundada por el zar Pedro el Grande en 1703 y era el símbolo del poder real en Rusia, de manera que la llegada al gobierno del bloque comunista motivo su inmediata transformación, comenzando por su propio nombre, que pasó a ser Petrogrado y, tras la muerte de Lenin en 1924, Leningrado. De igual forma, Rusia también perdió su nombre, pasando a denominarse como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). 
Por otro lado, los soviéticos quisieron poner el fin al arte burgués y de los zares, cuyo centro se encontraba en Petersburgo, para en su lugar instaurar el arte del proletariado. Sin embargo, se contuvo el "vandalismo revolucionario", en contraposición a la destrucción que trajo consigo Revolución Francesa de 1789, pues todavía en la actualidad en Rusia se conservan numerosos edificios de épocas pasadas en las ciudades. Se secularizaron las iglesias y se convirtieron en museos de arte con el fin de terminar con la religión, que los comunistas consideraban como el "opio del pueblo", el instrumento de la oligarquía para oprimir a las clases obreras. El mejor ejemplo de ello es la Ermita Imperial de Leningrado, la cual se convirtió en un Museo del Estado; aunque se vendieron numerosas obras de la Historia Moderna, se adquirieron muchas otras y fue necesario anexionar el Palacio de Invierno y otras dependencias de la aristocracia. Dicho museo se conoce hoy en día como el Museo del Hermitage, es decir, el "Museo del la Ermita" en francés. 
El complejo arquitectónico del Hermitage a la orilla del río Neva, de izquierda a derecha el teatro Hermitage, el arco sobre el canal de Invierno, el Gran Hermitage, el Pequeño Hermitage y el Palacio de Invierno.
La creación de un nuevo arte se basó en el principio de considerar al arte no como un fin en sí mismo, sino como "un medio de expresión de la vida social". Por tanto, se trata de un arte utilitario, que debe obedecer a un fin: la política. Siguiendo la filosofía marxista, el artista no puede permanecer neutral ante una situación, sino que debe denunciarla e intentar transformarla. De esta forma, en la Unión Soviética no se consideró al término "propaganda" con un sentido peyorativo, sino que la diferencia entre propaganda y educación era mínima, pues se consideraba que el comunismo era el único que ofrecía un conocimiento objetivo y científico.
Aunque algunos historiadores del arte han comparado el arte socialista con el de Alemania nazi por su idealización del mundo obrero y campesino con tintes populistas. Es cierto que en ambos bloques se realizaron encarcelamientos, torturas y asesinatos en masa, lo que es algo que no se puede defender. Pero el análisis de la iconografía del arte en cada caso es muy distinta y se relaciona con la concepción de la historia, el trabajo y los seres humanos. Mientras que la Alemania de Hitler buscó enaltecer el pasado, los soviéticos apoyaban el progreso en el futuro. La Revolución de Octubre de 1917 se había producido en un contexto en el que Rusia no contaba con los avances tecnológicos que en Alemania habían provocado la aparición de una fuerte industria y un proletariado en pésimas condiciones de vida. Por tanto, alcanzar la modernidad de la maquinaria y la tecnología al servicio del pueblo fue uno de los proyectos de la U.R.S.S.
Los primeros pasos de Lenin se dirigieron hacia la sustitución de las estatuas de los zares y sus allegados por otras que fuesen fruto de la revolución socialista. Los encargados del derribo de estas estatuas fueron los desempleados, quienes cambiaron las esculturas por antiguas figuras símbolo de la revolución, desde Marx hasta Dostoyevski, pasando por personajes como Roberpierre, Espartaco, Tolstoi o Chopin. Estaban fabricadas de forma provisional, por lo que se emplearon materiales como la escayola y la madera. Además, Lenin tenía una idea clara sobre la función del arte: servir para transmitir información, educar. No se estableció un determinado estilo para elaborar la nueva escultura o pintura, sino que el artista tenía plena libertad.
Lenin, en un discurso en Moscú en marzo de 1919, 
fecha en que se fundó la III Internacional.
Fue este marco el que permitió la variedad de movimientos artísticos en los comienzo de la U.R.S.S. Se trata de las vanguardias rusas que en estos tiempos iniciales estuvieron bien organizaron y se mostraron muy activos. Los nuevos artistas eran considerados como "ingenieros sociales", pues asociaron las nuevas imágenes a los iconos religiosos, pues creían en el poder de transformar el mundo con las pinturas como antes lo había hecho la religión. Se trataba de un nuevo arte para todo el pueblo, un arte que todo hombre pudiese comprar. 
Se llevó a cabo un aumento de la "propaganda de agitación" en aras de mantener el ambiente festivo que había traído la revolución. Se hacían festivales callejeros con pregoneros, y acróbatas circenses y payasos, carteles coloristas, se decoraron edificios y carrozas que eran camiones o tranvías. Este espíritu lúdico hay que relacionarlo directamente con la filosofía marxista: las actividades humanas se armonizarían gracias al esfuerzo colectivo, lo que permitía abrir la puerta a la creatividad y la festividad.  
Monumento a la Tercera Internacional de Tatlin en
la antigua Academia de las Artes, Petrogrado, 1920
La corriente de mayor importancia en los primeros años del comunismo en Rusia fue el constructivismo, el cual había sido fundado en 1914 por Vladímir Tatlin. Este pintor y escultor ruso construyó un modelo para el Monumento a la Tercera Internacional, también conocido como la "Torre de Tatlin". Dicho monumento fue presentado el 8 de noviembre de 1920 en Petrogrado, conmemorando el tercer aniversario de la Revolución de Octubre. Después sería trasladado hasta Moscú al edificio que contivo el VIII Congreso de los Sóviets. Por el panfleto que realizó de la maqueta el historiador del arte Nicolai Punin se sabe que era una escultura de entre 5,5 o 6,5 metros de altura en metal y vidrio, siendo la escala real de aproximadamente 400 metros; con ello superaba en altura a la Torre Eiffel, por entonces el edificio más alto del mundo. Esta construcción fue un emblema del avance tecnológico y el diseño industrial. Su innovación se encontraba en el dinamismo de su diseño; no sólo porque tuviese una composición diagonal (símbolo de la evolución), sino porque realmente se movía. La primera unidad sería un cilindro que contendría al Consejo Legislativo Soviético y giraría cada año. La segunda era una pirámide para el gobierno, girando una vez al mes. La tercera unidad era una cámara para información que giraría una vez al día y serviría como emisora de radio y transmisor de propaganda. Sin embargo, esta estructura como otros tantos inventos constructivistas no llegaron a producirse por la falta de acero en toda Rusia y otros materiales.
El nuevo arte se basaba en la tecnología, y ésta en el progreso científico. La ciencia era una disciplina abstracta, por lo que el arte también debía serlo. Se trata de una abstracción aneja al desarrollo humano, es decir, unida a la vida.
Naum Gabo (1890 - 1977), escultor ruso, explicó porqué el constructivismo era el movimiento artístico que, como metáfora, se acercaba más a los principios de la Revolución de Octubre:
Se partía de la nada y se construía una estructura, de manera que era una "construcción". Pero este término tenía un sentido adicional, un sentido filosófico: también demandábamos que no se deberían realizar imágenes que realzaran el espíritu destructivo del hombre. El arte debía darle al hombre una razón para vivir, debería ser mentalmente constructivo, no destructivo. 
A continuación el vídeo de donde se ha extraído la anterior cita, que sirve para explicar el constructivismo. 



Exposición del grupo Obmokhu, Moscú, mayo de 1921

Entre los meses de enero a abril de 1921 el Inkhuk (Instituto de Cultura Artística), formado por Alexander Rodchenko y sus amigos Grupo de Análisis de Trabajo, discutieron sobre la definición apropiada para el constructivismo mediante dibujos y debates; de hecho, el término "constructivismo" surgió en uno de estos acalorados debates. En el consenso final se dijo que la construcción se basaba en un modo u organización "científicos" en que no intervenía "ningún exceso de materiales o elementos".
Construcciones ovaladas de Alexander Rodchenko, 1920
En este mismo año, el grupo de los Obmokhu, una asociación de jóvenes artistas rusos, en su mayoría discípulos de Rodchenko y Tatlin, realizó una muestra colectiva en la que participaron sus maestros. De todas las esculturas destacan las de Rodchenko y la Serie de Cruces Espaciales de Ioganson, pues todos los aspectos de la obra estaban determinados por sus condiciones materiales; no había ninguna concepción a priori y constituían una demostración del método científico.
Fue Rodchenko quien finalmente dijo "adiós a la pintura" en 1921 mediante una nueva obra, Color Rojo Puro, Color Amarillo Puro, Color Azul Puro. Es un tríptico de tres paneles monocromáticos de colores básicos extendidos uniformemente, un gesto iconoclasta que se convirtió en un hito: marcaba el camino hacia la "producción". 
Color Rojo Puro, Color Amarillo Puro, Color Azul Puro de Alexander Rodchenko, 1921

Cartel para el Departamento Estatal de Imprenta
de Leningrado por Rodchenko
Sin embargo, los nuevos productivistas no contaban ya con el apoyo del Estado en torno al 1922 por la Nueva Política Económica de Lenin. Estos artistas, como intelectuales, se ahogaron en las fábricas en las que algunos de ellos trabajaron; la división del trabajo, que los constructivistas  habían rechazado como marxistas considerándolo un trabajo alienado, había encontrado un sitio en la política de Lenin. Pero los artistas fueron contratados para hacer publicidad de la Revolución, creando carteles, escenografías y diseños de libros entre otros. Rodchenko empleó la fotografía para algunos de estos carteles, realizando montajes.






En 1934 José Stalin introdujo y definió formalmente el realismo socialista como la estética oficial de la Unión Soviética, volviendo a un arte al servicio del poder.











Bibliografía:
- CLARK, Toby, Arte y Propaganda en el siglo XX: la imagen política en la era de la cultura de masas, Madrid, 2000.
- RÉAU, Louis, El arte ruso, México, 1957.
- VV.AA., Arte desde 1900: modernidad, antimodernidad, posmodernidad, Madrid, 2006. 




3 comentarios:

  1. Hola, soy de 2º de Bachillerato y esta página me ha servido mucho para acabar un trabajo de Historia del Arte. Muchas gracias por la info! :)

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  2. Esta claro que Lenin al final velaba por sus intereses.

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  3. Muy interesante la entrada! Siempre me ha interesado mucho el enfoque artistico de los artistas de la URSS , y en especial Rodchenko, ya que uno de mis grupos de musica favoritos se ha inspirado en su obra para la portada de su disco, en concreto en el Cartel para el Departamento de Imprenta de Leningrado. El grupo en cuestion es Franz Ferdinand.

    Enhorabuena por la entrada, enseña mucho y a la vez es muy amena de leer. Un saludo!

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