La revolución popular soviética no fue la primera
del siglo XX, y fue México el encargado de quitarle este puesto. Durante las décadas
de los años veinte y los años treinta México y la Unión Soviética coincidían en
ciertos comportamientos políticos.
Aparece en México la aprobación de una ideología
oficial obrerista y anticolonialista, que no rechaza la propiedad privada ni el
capitalismo.
A pesar de encontrarnos con una situación un tanto
singular y contradictoria este país ofrece un formidable arte público, que
realiza un gran hincapié sobre los ideales de la Revolución. En teoría la
pintura quería atraer un aire liberador hacia los desheredados para que
supieran fácilmente que se les transmitía.
Las instituciones del estado mexicano se encargaron
de difundir este movimiento decorando con grandes pinturas murales los
edificios oficiales. Los artistas que realizaron estas obras cargadas de figuración
expresionista son José Clemente Orozco (1883-1949), David Alfaro Siqueiros
(1896-1974) y Diego Rivera (1886-1957).
Zapatistas, José Clemente Orozco,1931, Museo de Arte Moderno, Nueva York. |
Mural de David Alfaro Siqueiros. |
Diego Rivera fue el muralista mexicano más
importante. Al viajar a Europa en 1907 pudo aprender el cubismo, movimiento que
estaba teniendo lugar en aquel momento en el viejo continente. Como muchos
otros artistas incorporó en su pintura una “vuelta al orden” que absorbió analizando
los frescos del Renacimiento italiano. Cuando volvió a México en 1921 comenzó
una nueva etapa aprovechando sus nuevos conocimientos y adoptando un lenguaje
figurativo estilizado.
Consigue la unión entre el cubismo y el orden del
Renacimiento italiano en sus obras más conocidas situadas en el Palacio
Nacional de México, decorando la escalera principal.
Captamos un estilo maduro en algunas de sus obras
como en Repartiendo armas, un fresco
pintado en la Secretaría de Instrucción Pública de la capital mexicana, que resalta el optimismo en la esperanza del proletariado armado. En este
fresco la ausencia de huecos libres sin pintar entre los personajes crea una
composición maciza que aumenta la sensación de verdadera sinceridad. Entre los
personajes destaca en el centro la figura de la líder proletaria y esposa de
Rivera, Frida Kahlo (1910-1954).
Repartiendo armas. Diego Rivera .1928. |
Los límites que existen entre creador e ideólogo
político son eliminados en esta expresión artística denominada muralismo
mexicano. Además consigue crear una aleación entre la vanguardia y el arte
popular.
Bibliografía: RAMÍREZ, J.A. Historia del arte: El mundo contemporáneo 4.
Madrid. 1997. Alianza editorial. http://gaceta.udg.mx/Hemeroteca/paginas/537/G537_cot%206.pdf
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