Charles Chaplin. |
Charles Spencer Chaplin nació en Londres, Inglaterra, el 19
de abril de 1889. Proviene de una familia pobre de comediantes. Su padre era
cantante y actor, y su madre era conocida en los escenarios como Lily Harley,
también cantante y actriz ganó gran reputación por su trabajo en la ópera. Chaplin
tuvo que subirse a un escenario junto a su hermano Sydney para sobrevivir ante
la temprana muerte de su padre y el estado en el que se encontraba su madre
enferma.
Debutó como miembro de un grupo juvenil en el que destacaba como
bailarín. Con doce años consiguió un papel secundario en Sherlock Holmes, el cual le ayudó a empezar una carrera como actor
de comedia vodevil que le sirvió como billete para ir a Estados Unidos en 1910
junto con la Fred Karno Repertoire Company. El público estadounidense recibió
con agrado a este nuevo artista, por lo que, cuando volvió para una nueva gira a
Estados Unidos en 1912, la compañía le ofreció un contrato cinematográfico.
Terminó su trabajo como comediante de vodevil y comenzó en
la industria del cine con la Keystone Film Company. En esta compañía trabajará en Charlot periodista, el personaje más emblemático de su carrera, por
el que se le reconoce y hasta llega a confundirse con su persona. El personaje
de Charlot es un pícaro ingenuo, que conoce la pobreza e imita al ciudadano
burgués al ir trajeado con sombrero y bastón; es víctima de las circunstancias
y una persona de buenas intenciones y sentimientos. Todo ello compone un
personaje de eterno perdedor con una filosofía de vida humanista.
Charlot. |
Chaplin confía en la pantomima y sus papeles evolucionan
juntos con sus gags, pasando de una comedia simple a un humor muy cuidado
acompañado de un trasfondo social.
En su larga carrera encontramos dos etapas la primera como
actor joven repleta de intervenciones en cortometrajes, y una segunda etapa
desde los años veinte como actor y director.
Durante su última etapa los trabajos se dilatan en el tiempo
por diversas razones, su alborotada vida personal incluyendo varios divorcios, su
rechazo al uso de cine sonoro, con las dificultades técnicas que eso conllevaba,
ciertos fracasos comerciales, o el hecho de que poco a poco el cine de Chaplin
se cargara de mayor contenido social criticando el sistema de vida norteamericano,
lo que causó que le acusaran de comunista; esta acusación hizo que se exiliara
a Europa por decisión propia en los últimos treinta años de su vida.
Charles Chaplin junto a Albert Einstein, en el estreno de Luces de Ciudad. |
Al fundar la United Artists con David W. Griffith, Mary
Pitchford y Richard Fairbanks en 1919 abandona su trabajo en los cortos con las
antiguas compañías en las que trabajaba. A partir de entonces dirige,
protagoniza y compone la música en una serie de largometraje que empieza con Una mujer en París, un melodrama, al que
le siguen tres grandes comedias con un Charlot más maduro; La Quimera del Oro en 1925, sobre la fiebre de los buscadores de
oro en Alaska, Luces de la ciudad en
1931, una comedia dramática sonorizada, pero sin diálogos, y Tiempos Modernos en 1936.
En Tiempos Modernos
hace una crítica sobre el trabajo alienante y de la productividad en la
sociedad capitalista. Representa los tiempos de la depresión económica, la
ascensión del nacismo, la fase taylorista y fordista de la industrialización
que recrea una nueva concepción del trabajo. Realiza una crítica con imágenes
como la cadena de montaje, la hora de la comida de los trabajadores, el
conjunto de obreros como un rebaño, el paro… Se percibe un énfasis en mostrar
que las nuevas condiciones laborales despersonalizan a los obreros incluso
cuando están fuera del trabajo. El personaje protagonista se encuentra tantas
veces aislado por supuestos delitos y comportamientos ilegales, que al final no
sabe vivir ni ser feliz si no es encerrado, donde se apoya Chaplin para
destacar lo absurdo de la situación y crear un ambiente cómico, reflexionando
sobre esta nueva forma de vida. El director aclara su intención real con la
película: “Algunos han querido dar a mi obra un significado de ataque social.
No es cierto. Todo parte de una idea abstracta, una necesidad de decir algo
sobre que la vida se está estandarizando y canalizando, que los hombres se
encuentran presos en las máquinas y que todo conduce hacia ello.”
Más tarde en 1940 graba El
gran dictador, antes de que Estados Unidos entrara en guerra, se trata de
una parodia sobre Hitler en la que Charlot hablará por primera vez con un
discurso de apología democrática y pacifista.
Otras películas que contienen un trasfondo social son Monsieur Verdoux en 1947, como reflexión
al belicismo de la época y Un rey en
Nueva York de 1957, con crítica a la sociedad norteamericana.
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